Volvió a ser mamá después de una ligadura de trompas y denunció a la clínica
En 2020, María Belén tuvo uno de esos embarazos que no son precisamente una “dulce espera”. Al ser diabética, las médicas que la atendieron en la Clínica Centro de Pergamino la calificaron como una paciente de alto riesgo. La futura mamá tuvo picos de diabetes que obligaron a internarla y, luego, a tener una cesárea prematura. Ahí mismo se sometió a una ligadura de trompas que no funcionó: tiempo después se enteró de que cursaba un nuevo embarazo de 20 semanas.
El caso terminó en la Justicia, que no le dio la razón a la mujer porque, como se sabe, ningún método tiene 100% de efectividad.
Según relató en su denuncia, la obstetra que la atendió, Silvana Nicolino, definió como “imperiosamente necesaria” la ligadura de trompas, dadas sus condiciones de salud. Le practicaron ese método anticonceptivo durante la cesárea, el 1 de marzo de 2021, con la asistencia de otra médica, María Catalina Meneghini. Tras el parto, el bebé estuvo internado en Neonatología durante 15 días y luego recibió el alta.
Ya durante el puerperio, María Belén notó que no estaba menstruando. Volvió a la clínica para consultar a la doctora Nicolino, quien le indicó que la situación “era normal”, según expuso la madre ante la Justicia.
Al pasar las semanas y seguir sin sangrado, el 23 de agosto de 2021 se hizo un test de embarazo que arrojó un resultado positivo, con un feto que ya contaba con 20 semanas de gestación. A esa altura ya no se puede acceder a una interrupción voluntaria del embarazo.
Así, el 26 de enero de 2022, nació su segunda hija, Anna Alfonsina, tras atravesar nuevamente un embarazo complejo, otra cesárea y una segunda ligadura de trompas.