Murió Ángel Mahler
En la madrugada del domingo 25 de mayo de 2025, el mundo del teatro musical argentino quedó mudo. Ángel Mahler, compositor, productor y director de orquesta, falleció a los 65 años luego de una dura batalla contra un melanoma metastásico que avanzó rápidamente en su cuerpo desde que fue internado el 29 de abril por una grave descompensación derivada de un derrame pleural. La noticia fue confirmada por su entorno desde las redes sociales oficiales: “Se fue en paz, acompañado por el amor de su familia”.
Fue una despedida serena, pero no silenciosa. Porque Mahler, como pocos, supo dejar en la historia una estela sonora. Un legado que vibra con cada acorde de Drácula, el musical, su obra magna, y se proyecta en cada puesta de teatro musical que en la Argentina soñó con ser más que un reflejo de Broadway.
“Lo mejor está por venir”, decía su estado de WhatsApp. Una frase que parecía flotar entre los pentagramas de su vida. La pronunció con convicción en una entrevista con Teleshow tres años atrás, en medio de una etapa intensa de trabajo y renovación. Era fiel a su propio credo artístico, a esa inercia vital que lo empujaba siempre hacia adelante, aun después de tres décadas con el mismo título: Drácula.
El niño que a los siete años se maravilló con una ópera en el Teatro Colón, llevado de la mano por sus padres, nunca abandonó esa mirada encantada. “Lo que descubrí me volvió loco”, recordaba. Ellos querían que fuera ingeniero; él, en cambio, les confesó que no podía traicionar lo que ya ardía en su interior. “Me apoyaron totalmente, aún sin saber cómo iba a vivir”, decía, agradecido.
El nacimiento del éxito de Drácula
Era 1991. Junto a Pepe Cibrián Campoy, Mahler soñaba con llevar el musical a otro nivel. No uno más. Algo enorme. “Jamás pensamos en el Luna Park”, recordaba. Pero fue Tito Lectoure quien les abrió las puertas del emblemático estadio. “De solo mirar el lugar te daban náuseas”, contaba Mahler. Sin embargo, lo asumieron como un manifiesto: llevar el musical al pueblo. Romper con la idea de élite. Instalar la ópera-rock en la calle Corrientes y más allá.