El único argentino en la NBA sigue en carrera por el título
Poca historia tienen los Minnesota Timberwolves, pero qué buen presente. Qué gran presente.
A pulso lo construyeron y hoy lo disfrutan. Porque tuvieron una fase regular de lujo, ganando 56 de los 82 partidos y terminando con apenas un triunfo menos que Oklahoma City y Denver Nuggets. Justamente los campeones, a los que eliminaron en su casa, en un Juego 7. Epico. Histórico. Todo con un argentino, el único hoy en la NBA: Pablo Prigioni, asistente principal de estos Lobos hambrientos.
A quién, en dónde y cómo. Todo agranda este hecho. Porque se transformaron en el equipo que más puntos dio vuelta en un Juego 7, tras el PT, en la historia. Era de 11, hoy ellos caían por 15. Y lo hicieron. Básicamente porque anularon a Denver. Y a Jokic, el mejor del mundo. Nada menos. Excelsa defensa, en el escenario más picante, en la altura de Denver. Y ante el equipo más difícil de detener porque el Joker juega y hacer jugar a todos. Por algo los Wolves tiene la mejor defensa de la NBA. Se lo fue comiendo al rival hasta dejarlo en su mínima expresión. El segundo tiempo terminó 60-37. Presión perimetral y grandes que bancaron la parada. Grandioso lo de Nazr Reid (el mejor Sexto Hombre de la temporada), Anthony Towns y el francés Gobert, todos limitando al Joker. Y, claro, la aparición decisiva de Edwards en los momentos cumbres del segundo tiempo, luego de un mal PT. Mucho temple de Minnesota para darlo vuelta en casa ajena.
Ahora toca lidiar con Luka Doncic, Kyrie Irving y los Mavs. Desde el miércoles viviremos la gran definición del Oeste. Una locura lo que se vive en Minneapolis con los Wolves. Pensar que hace casi tres años el equipo terminaba con una marca de 49 derrotas en 82 partidos, lo que a mitad de temporada le costó el puesto al entrenador Ryan Saunders. Prigio ya estaba y se quedó. Siguió cuando llegó Bill Finch para reemplazarlo. Sería el comienzo de esta gran etapa de los Wolves.