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Ariel Staltari: “Tuve 3 años de quimioterapia»

Desde el primer capítulo de “El Eternauta” Ariel se destaca. Desde el momento en que aparece su personaje, empieza a incomodar y a irritar al grupo de amigos, es una de las mejores actuaciones de la serie. Ariel participó en ficciones muy exitosas, “Okupas”, “Un gallo para Esculapio”, “El Marginal”, “El puntero”. En “El Eternauta”, actúa y es coautor del guión junto al director Bruno Stagnaro. La serie hoy es furor en 87 países y es un hito en la producción audiovisual argentina. A “El Eternauta” y a Ariel ahora los conoce ahora literalmente todo el mundo.

– Sí, es extraño salir a la calle ahora, te reconocen los chicos, la gente más adulta. Es maravilloso lo que nos está pasando.

– Te pueden empezar a llegar proyectos desde 87 países.

– Sí, y además “El Eternauta” sigue otras temporadas para el mundo.

“LA GENTE LO VIVE COMO UN MUNDIAL A ‘EL ETERNAUTA’. ES EL ORGULLO DE SENTIRSE ARGENTINO.”

– Todos hablan de “El Eternauta”, todos opinan. Muchos elogios, pero también se discute si se traiciona el libro original de Oesterheld y Solano López, o si la mirada ideológica.

– Sí, a mí me gusta todo, disfruto de que se hable. Gracias a Dios hay un gran porcentaje de gente que es muy afectuosa, cariñosa, celebra este proyecto y están orgullosos también. Siento que hasta inclusive lo viven como un Mundial, porque en el saludo también hay una particularidad en la calle. No es el saludo a alguien al que ves en un proyecto que te gusta y ya está. Es un puño apretado, es orgullo de sentirse argentino. Es como si hubieses hecho un gol en la final o la atajada del Dibu. Y también a la vez hay algo positivo en eso, porque se lo quieren apropiar todos. Y es de todos así que tienen derecho.

 Nunca vi a los críticos con tanto detalle analizar algo. ¿Será porque es la primera serie de ciencia ficción argentina que provoca un suceso?

–Es una serie, es ciencia ficción y te entretiene, pero a la vez tiene esta cosa también de que te interpela, te hace reflexionar y te lleva a lugares muy profundos.

– Entiendo que tienen que haberse tomado un trabajo muy minucioso y muy detallado para rejuvenecer el cómic y a la vez no traicionarlo. Es una responsabilidad gigante.

– Sí, sabíamos que teníamos una responsabilidad enorme, enorme. Pero a la vez todo fue de manera natural. Arrancamos a fines del 2018, abordándolo de una manera muy tranquila, a prueba y error, sabiendo que íbamos a estar bajo la lupa. Para mí era una tranquilidad que Bruno Stagnaro se pusiera al mando de todo esto, porque él es una de las personas que más ama y más respeta esta historieta.

– Cuando Omar, tu personaje, que se mete en el auto de Ricardo Darín, uno sonríe enseguida porque también apela a tus personajes anteriores.

–¿Y justo con quien fui a caer, no? Y justo con alguien que también desde la lengua hace karate.

– ¿De qué vivías en 2018 mientras la escribías? ¿Te pagaban?

– Sí, pero eran los primeros pasos. Tampoco era “wow cuánto dinero estoy ganando”. Es el prestigio, el privilegio de estar ahí. Muchas veces estos trabajos hasta los querés hacer gratis. Uno no lo puede decir en voz alta porque no conviene. Veníamos de hacer “Un gallo para Esculapio” con Bruno dos temporadas. La verdad fue un salto al vacío. Yo no sabía qué iba a pasar realmente conmigo. No dudaba de Bruno, no dudaba de su plan, dudé de mí.

“SABÍA QUE TENÍAMOS ALGO MUY LINDO. CUANDO VEÍAMOS EL ARMADO, SIN EFECTOS, YO NO PODÍA PARAR DE LLORAR”

– ¿Imaginaste que iba a tener este suceso “El Eternauta”?

–No sé los demás, yo seguro que no. Sabía que teníamos algo muy lindo, porque cuando veíamos el armado y sin efectos yo no podía parar de llorar, era muy emocionante. Después, todo lo que se generó, realmente no lo imaginé. ¿En el mundo? Una cosa es que guste acá, en algunos otros países pero, ¿en el mundo?