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La inspiradora historia de Hannah Hampton

A la futbolista inglesa Hannah Hampton le dijeron que jamás podría jugar al fútbol. De niña, le diagnosticaron estrabismo y un grave problema de percepción de profundidad, motivos por los cuales los médicos fueron claros: debía olvidarse de las canchas.

Sin embargo, la arquera del Chelsea desafió todas las advertencias. Hoy, no solo compite en la élite europea, sino que se consagró como experta en atajar penales, siendo figura clave durante la Eurocopa Femenina 2025.

Un diagnóstico que parecía definitivo

La historia de Hampton inicia con una condición oftalmológica compleja. Nació con estrabismo, que según Medline Plus, es un trastorno donde los ojos no se alinean correctamente, por lo que fue sometida a tres cirugías antes de los tres años. Aunque las operaciones mejoraron la alineación, el problema principal, la percepción de profundidad, se mantuvo.

Esta dificultad para calcular distancias y posiciones afecta tanto tareas cotidianas como actividades deportivas donde los reflejos son clave.

A los doce años, durante un control médico en el Stoke City, se confirmó que Hampton sufría un déficit notable de percepción de profundidad. Según The Guardian, la conclusión de los especialistas fue rotunda: “No podrá jugar al fútbol profesionalmente”.

¿Qué es el estrabismo y cómo impacta en un deportista?

La percepción de profundidad es la habilidad de juzgar la distancia y posición de los objetos en el espacio. Según la American Academy of Ophthalmology, este proceso depende de la integración de las imágenes que ambos ojos captan a partir de ángulos ligeramente distintos.

En el caso de personas con estrabismo, los ojos no están alineados y el cerebro tiende a suprimir la imagen de uno de ellos para evitar la visión doble, lo que puede provocar una reducción permanente de la visión y la pérdida de estereopsis (la percepción tridimensional).

De acuerdo con la Cleveland Clinic, quienes tienen déficit de percepción de profundidad, como Hampton, suelen recurrir a otras pistas visuales, por ejemplo, el tamaño aparente de los objetos, la superposición de formas, las sombras y los contrastes.